Albert Pinya
- (Palma, 1985)
Su trabajo parte de una ingenuidad intencionada e irónica que consigue desmantelar las estructuras perversas de la realidad. Ha desarrollado rápidamente un estilo propio e identificable, en el que aplica los códigos de la cultura popular, del cómic, de la ilustración y una meditada estética ingenua que esconde un tratamiento preciso de los temas que explora.
Su obra reniega de “l’art pour l'art” y entiende que, siendo como es un medio de expresión, el arte es eminentemente comunicativo y debe estar siempre basado en una ideología. Por todo esto, más que hablar de 'creación artística' tendríamos que hablar de 'reacción artística'.
La pintura, el dibujo, la intervención, la instalación, la performance y el sonido son los medios con los que se desenvuelve para desarrollar el discurso de sus narraciones. Una de sus máximas obsesiones, se centra en el estudio y en la observación del ser humano y la manera que este tiene de establecer relaciones, con la sociedad y con el entorno.