Diana Coca
- (Palma, 1977)
La propia producción artística y poética es el resultado de un análisis de vida, que se inicia desde la realidad del cuerpo y el caos que existe dentro de él, hasta la relación de este cuerpo con el medio que lo rodea. En mi caso presenta un tipo de movimiento animal, felino, horizontal, ansiolítico, en una poética subjetiva de lo que ha dejado de funcionar y lucha por la supervivencia. Trabajo una estética del caos, la decadencia urbana y la pérdida de relaciones verdaderas que configuran un universo poco complaciente de las grandes urbes. Es una especie de reflexión sobre los deterioros urbanos y personales, la sumisión/dominio, el poder en su manifestación dentro de las relaciones personales, el desarraigo, la soledad en los grandes espacios arquitectónicos, la precariedad como síntoma de inadaptación social, pero también como elección consciente de autoexclusión del "mainstream". A través de la ironía y un extraño humor, realizo una crítica feroz a la esclavitud del ser humano surgida por la dependencia tecnológica.
De manera intuitiva me interesa mucho el movimiento horizontal de reptación que utilizan los reptiles, un arrastrarse a través de contracciones de los músculos que dan la impresión (equivocada) de ser lentos. Es un movimiento seguro para un suelo lleno de grietas, que responde a un estado psíquico y a una declaración corepolítica ante una subjetividad que no acepta el suelo urbano como propio. También es sintomático de una falta de vinculación con la tierra/naturaleza violada de la urbe, a través de movimientos que hablan de la pérdida de la unidad con el útero materno, con el origen, con la presencia originaria, en una búsqueda de legitimidad y regreso del cuerpo a la tierra.